Bayram Mammadov, anarquista de Azerbaiyán, ha muerto. Lamentamos su pérdida: un ser humano no puede ser sustituido por nadie. Las sospechosas circunstancias de su muerte nos recuerdan de nuevo los efectos inhumanos de la violencia estatal. Nuestro compañero fue recuperado muerto en el mar en Estambul a principios de mayo. La policía turca y los medios de comunicación azerbaiyanos hablan de suicidio o de accidente. Los activistas de la oposición, sin embargo, lo discuten. Amigos y familiares exigen una explicación de las circunstancias de su muerte. Sigue leyendo
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