Breve análisis para el debate del anarcosindicalismo actual

En muchas ocasiones nos encontramos ante la dicotomía de militar en organizaciones que, siendo en principio afines, guardan contradicciones de diversa índole que hacen que nos planteemos la viabilidad de compatibilizar ambas militancias.

Entendemos que las realidades militantes son complejas y que existen problemáticas propias de la vida interna de cada unidad integradora,  pero también problemáticas generales de diversa índole y dimensión que son racionalizadas por parte de la militancia como una vulneración de los PTF organizativos, lo que supone de facto la desestructuración de toda organización, pues guardan aquellos la razón de ser de los proyectos colectivos.

Nuestras organizaciones libertarias son la expresión mínima de parte de nuestras aspiraciones personales y colectivas, y también el ensayo parcial de la realidad que queremos construir, compleja como complejo es el análisis de la realidad que vamos construyendo poco a poco.  Es por ello que se hace muy difícil dejar de lado el carácter moral de nuestra práctica militante, y hacerlo supone abandonar la unidad funcional básica de toda organización anarcosindicalista: la persona.

En este punto, y obligados como estamos tácitamente a no revelar  información interna de  otra organización, para que no se entienda que nuestra militancia en la FAI obra algún tipo de  injerencia sobre otra organización, y se posibilite así el despliegue de la conspiranoia política que a rienda suelta campa por nuestro universo ideario, nos limitaremos,  pues así lo queremos, a reflexionar sobre ciertas cuestiones desde un punto de vista mas humanizante y por ello moral, de los problemas organizativos actuales que vivimos y que entendemos que pueden ser de algún modo extrapolables a otras organizaciones afines, y no sólo a las organizaciones anarcosindicalistas.

SENTIDO DE LA ORGANIZACIÓN:
Toda organización tiene un sentido finalista, y un carácter propio. Actualmente se evidencia una falta de conocimiento histórico sobre las propias organizaciones, sus problemáticas y logros pasados, y sobre la evolución organizativa de las mismas. Si bien la formación de los miembros en estas cuestiones es salvable mediante la interiorización de los principios y relación entre éstos y las formas organizativas, muy útil por otro lado para entender las normativas internas y como y porque aplicarlas.

Tendemos a asumir que la organización es lo que hacemos aquí y ahora, olvidando lo que deberíamos ser o intentar ser colectivamente. Al margen de que nos encontremos  en momentos históricos diferentes y con unas realidades sociopolíticas diferentes, las problemáticas esenciales de nuestra sociedad siguen siendo incluibles en los postulados humanistas de la moral anarquista que dieron empuje y alcance social a nuestras organizaciones.

Hemos de decir que en innumerables ocasiones en las asambleas se establecen disensiones sobre aspectos organizativos básicos, los PTF, siendo estos objeto de análisis de la realidad poco rigurosos yestando condicionados por las ideas preconcebidas de la afiliación. Saber problematizar nuestra realidad hace posible que sepamos identificar las necesidades implícitas de nuestra organización,  así como las herramientas de debate, análisis y resolución más apropiadas para tal fin.

Entre las evidencias más palmarias de estos problemas, destacamos las siguientes:

Ausencia de la práctica del consenso: esto supone la puesta en marcha de los sistemas de votación, asumido como herramienta principal del funcionamiento asambleario y no como último recurso en algunas situaciones críticas o de estancamiento, es por ello que la asamblea abunda en el tratamiento parcial de unos puntos del orden del día en cuyo diseño no suele participar la militancia, toda vez que se entienden aprobados por el silencio de la misma.  Partimos del hecho de que se entiende como militancia el asistir a una asamblea, lo que guarda un error conceptual básico sobre lo que es y supone militar en una organización.
Distorsión formal de las bases organizativas: supone analizar orgánicamente toda propuesta, supeditando y asimilando su naturaleza al funcionamiento práctico e institucionalizado en la organización, lo que supone asimismo aparcelar las inquietudes militantes en un entramado de pseudoleyes absurdas, no tanto por lo que representan sino por el exceso de su aplicación y su utilización para no tener que entrar en debates, especialmente ideológicos. Esto no es sino la degeneración mas absoluta del carácter libertario de nuestras organizaciones, decimos esto porque en muchas ocasiones se asimilan los aspectos formales de la formulación de las propuestas con el contenido que en ellas radica, y esto supone la politización atroz de la organización.

POLITIZACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN:
Hemos visto cómo en innumerables ocasiones se formulan teorías de la realidad militante sin soporte alguno, relegándose así las necesidades organizativas al postulamiento formal de la resolución de los conflictos organizativos, que lastran una innumerable y compleja relación de problemáticas latentes e interrelacionadas que no se han sabido identificar ni resolver en base a los principios organizativos más básicos y propios de nuestra organización libertaria: diálogo, práctica del consenso, existencia real de unos PTF asumidos de manera colectiva, desaprovechamiento de la unión por luchas de poder interno, y la ausencia de una hoja de ruta consensuada en el marco del anarcosindicalismo que desarrolle nuestras capacidades para obtener unos objetivos comunes, etc.

Es por ello que nos topamos frente a una serie de formalismos organizativos que, de forma paradójica, producen desafección, desorden, y el desarrollo de una mayor conflictividad interna en las organizaciones anarcosindicalistas, u otras. Podemos constatar entonces que se formulan comicios organizativos que abordan propuestas sobre cuestiones relevantes para el sentido de una organización (modificación de los PTF, herramientas de lucha concretas etc) pero sin el soporte básico, sólido y necesario en toda organización libertaria, lo que pasa por la generación de debates previos, análisis de la necesidad colectiva sobre asumir ciertos cambios y muchas otras cuestiones.

Así, es de esperar el que en el seno de una organización aparezcan voces tendientes a aplazar comicios o peor aún, a no desarrollar o aplicar acuerdos, ya sean pasados o presentes. Entendemos en este punto que, cuanto más alto es el ámbito de toma de acuerdos más probabilidades hay de que no se lleven a cabo, con la consiguiente espiral de burocratización que colapsa la organización y no sirve de nada, más aún teniendo en cuenta que la toma de decisiones surgida de un sistema de votos que crea más problemas que soluciones supone un entorno de conflictividad latente.

BUROCRATIZACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN:
Son muchos los motivos por los que una organización se burocratiza, uno de ellos es la sobredimensionamiento de los  cargos orgánicos en el contexto de  una organización tan pequeña en afiliación y militancia cómo son las organizaciones anarcosindicalistas actuales, otro es el exceso de toma de acuerdos que no se llegan a  desarrollar, como comentábamos antes, ( lo que supone el surgimiento de grupos de apoyo y trabajo que intentan desarrollar los acuerdos tomados, y cuya actividad es dificilmente fiscalizable por la mayor parte de la afiliación, que desconoce todo lo que se cocina), lo que generan una mayor burocratización y el pobre desarrollo de las propuestas acordadas.

La toma de acuerdos poco desarrollados es otra razón muy importante para que los cargos orgánicos , de manera interesada o no, tomen decisiones que no les competen, al desarrollar los citados acuerdos y que generan una creciente burocratización no solo al excederse en sus funciones sino también al amparar la creación de grupos de apoyo dentro de la organización y la creación de redes de interconexión entre afinidades (no siempre ideológicas) entre secretarías de distintos ámbitos, que escapan al control  inmediato de sus órganos de decisión, (la asamblea o el pleno).

Todo esto nos lleva a la siguiente fase lógica de la instauración y consolidación de la burocracia, laeficacia, como concepto todos queremos eficacia y más en una organización sindical, pero bajo el barniz de eficacia aparece la profesionalización, que para algunos puede parecer lógica cuando hay una necesidad de estructuras que den apoyo a las luchas sindicales, ya que queramos o no las organizaciones sindicales son legales y juegan bajo el aparo de las leyes y al no tener una fuerza suficiente para imponer nuestras reivindicaciones  con nuestros métodos, recurrimos a la justicia burguesa, si bien esto último puede abrir un futuro debate.

Lo que queremos constatar primero es la discutible eficacia y segundo y más importante la forma en la que se crean estas estructuras, ya que de crearlas, si hubiese necesidad en una organización anarcosindicalista que no pueda suplirse con la militancia de sus afiliados, sería: mediante quienes tienen una trayectoria profesional constatable en el desempeño de sus funciones. Otra forma sería mediante afinidad, (si fuese un afiliado debería por sentido común no haber estado en cargos de responsabilidad desde hace mucho, y ser un afiliado y un profesional sin tacha, o sea, bueno y barato) y sin entrar en el método de elección de esas personas.

El problema es que una organización que se burocratiza necesita profesionalizarse, y al carecer los cargos de salario, se crean  bajo distintas modalidades, aunque la más común  es la cooperativa, o sea,empresas que solo trabajan para la organización  cuyos miembros son en su mayoría cargos orgánicos o lo fueron, y con el consiguiente poco control de los órganos del sindicato y su cuestionable profesionalidad con la consiguiente pérdida muchas veces de las luchas que en ocasiones han constituido un desgaste en militancia muy importante.

Lo que nos llevaría a poder controlar esta nueva burocracia sería dotarnos de nuevos órganos defiscalización, como tribunales de cuentas y gestión, comités de garantías… obviamente al margen de las estructuras orgánicas, algo que ni es deseable, ni parece que vaya a suceder en un anarcosindicato.

Otro factor que sumado a los anteriores que no solo acrecienta, sino que es un claro síntoma de la burocratización del anarcosindicalismo, es la mínima explicación de la gestión de los cargos, ya que lo hacen de manera poco detallada, y con el poco o nulo conocimiento de la afiliación del funcionamiento y gasto de las secretarías. Esto nos puede llevar a la desaparición de una estructura de lucha , eficaz para la clase trabajadora y muy alejada de sus principios, tácticas y finalidades.

Nosotros sabemos que aún siendo pocos podemos hacer mucho, que la militancia es a fondo perdido, y que nuestros logros corroboran nuestra postura. Así pues, animamos a la militancia a reflexionar y posicionarse en base a sus convicciones.

¡POR LA ORGANIZACIÓN OBRERA! ¡ÁNIMO Y ADELANTE!

Federación Regional de Grupos Anarquistas de Galicia – FAI